Normalmente vivimos en un estado de tensión y nervios en el que nuestros problemas más profundos quedan enmascarados por otros sucesos más triviales o también por la sucesión de los días en un trabajo y quehacer rutinarios.
La meditación es una herramienta que sirve para introducirnos en nuestro interior, es una práctica en la cual el individuo entrena la mente o induce un modo de conciencia. El objetivo principal de la meditación es concentrarse y poco a poco relajar la mente hasta liberar la conciencia logrando la paz interior pase lo que pase alrededor.
Cada día son más personas las que practican la meditación como un principio para enriquecer sus vidas. Esta técnica ayuda a relajarse, mejora la concentración y el estado de ánimo. La meditación está acompañada de cambios bioquímicos y físicos a nivel del organismo que mejoran el metabolismo, latido cardíaco, respiración, presión arterial y activación cerebral. La meditación se ha practicado desde la antigüedad como un componente de numerosas religiones y creencias, normalmente implica un esfuerzo interno para auto-regular la mente de alguna forma. Se utiliza para aclarar la mente y aliviar determinadas condiciones de salud o psicológicas, tales como la presión, depresión y ansiedad. Puede hacerse sentado, acostado, de pie o de una forma activa. Hay muchos métodos diferentes para meditar y lograr sus beneficios.
Es un buen método para controlar la ansiedad y reducir el estrés, incluso se ha visto que ayuda a mejorar las relaciones. La práctica meditativa ayuda a conectarse con uno mismo y a liberar las energías, pensamientos y sentimientos negativos acumulados en el cuerpo, llevando a la persona a un estado de armonía con uno mismo y con el exterior. Cinco minutos de meditación al día son suficientes para obtener sus beneficios.
La meditación es el método que lleva al contacto con la propia fuente de vida. Cuando meditamos, nos encaminamos al reino de la luz y del amor porque solo, en lo profundo del corazón, encontramos el equilibrio y la felicidad que buscamos. Meditar es hacer que las emociones y la mente guarden silencio para escuchar la voz del alma, de ese ser maravilloso y divino que somos en verdad. Por lo tanto, el objetivo de la meditación es hacer contacto con el alma. Allí está la fuente de sabiduría y de verdad, allí está el amor que se da sin pedir nada a cambio, allí están la fortaleza, el poder y la voluntad. Al ponernos en contacto con el alma, la vida comienza cambiar positivamente. Es como abrir una llave por donde fluye una energía muy especial que tiene el poder de hacer nuevas todas las cosas, la energía del amor que contiene el poder de hacer nuevas todas las cosas porque, cuando nos enamoramos, vemos las cosas distintas, encontramos belleza en todo. Y hasta nosotros mismos expresamos la belleza a través de la mirada, los gestos y el rostro. Esta misma transformación ocurre cuando, por medio de la meditación, hacemos contacto con el alma y volvemos al amor.
Porque el alma es la fuente de todo el amor y hacer contacto con el alma es como hacer contacto con nuestra otra mitad, haciéndonos sentir completos y amados.
